El hospital fantasmagórico que acabó convirtiéndose en el Museo Reina Sofía

El hospital fantasmagórico que acabó convirtiéndose en el Museo Reina Sofía

Nos remontamos a la segunda mitad del siglo XVI donde en el solar que actualmente ocupa el Museo Reina Sofía se construyó un albergue donde las personas que no tenían recursos acudían a morir.

El albergue pasaría después a ser el Hospital General de Madrid (1788), impulsado por Carlos III, que sería el Hospital General de la Pasión durante los siglos XVII y XVIII, y el Hospital Provincial de Madrid durante los siglos XIX y XX.

El proyecto lo inició José Hermosilla, aunque las obras pasarían por otras manos posteriormente, y sería Francisco Sabatini quien lo culminaría (aunque no del todo. Solo quedarían finalizadas dos quintas partes del proyecto inicial).

En sus primeros años murieron miles de personas, debido a las epidemias frecuentes que asolaban en su día Madrid y debido a ello, surgieron, historias sobre fantasmas que subían por las noches a las diferentes habitaciones de los enfermos para así avisarles que su muerte estaba próxima.

El Hospital dejó de funcionar en 1965 y durante 20 años fue abandonado lo que aumentó su fama de lugar encantado lleno de fantasmas y almas en pena pues el olor en sus pasillos era muy fuerte y también nauseabundo.

La gente no pasaba cerca del lugar y contaba en los bares que los ruidos eran insoportables por la noche y en un momento se planteó su demolición pero en 1977 fue declarado edificio histórico/artístico.

Cuando comenzaron las obras de restauración en 1980 de lo que sería el Museo Reina Sofía, los hallazgos fueron macabros, o sea, que los trabajadores contaron que cuando empezaron a escavar resulta pues que encontraron esqueletos, calaveras de personas y cadáveres de niños.

Incluso informaron a las autoridades que las actividades paranormales eran constantes, o sea, contaban de que veían a menudo a unas monjas caminando por el jardín y luego aparecieron enterradas en 1990 en el sótano tres monjas momificadas en la antigua capilla del hospital.

Varios extraños sucesos ocurrieron en los ascensores de la pinacoteca pública, pues según cuenta la leyenda, investigadores paranormales guiados por el sacerdote José María Pilón fueron testigos en 1992 de como los ascensores funcionaban solos y paraban en el sótano, o sea, no hubo explicación racional ya que los ascensores estaban en perfectas condiciones.

El traslado del Guernica fue todo un suceso político y paranormal debido a que los expertos no veían con buenos ojos sacarlo del Casón del Buen Retiro, en la calle Alfonso XII, y trasladarlo al Reina Sofía.

Desde ese momento nace la leyenda de que el fantasma de Picasso estaba enfadado por el traslado de su cuadro a un ex hospital y por ello, se producen tantos fenómenos paranormales en la pinacoteca.

Una médium afirmó que en el interior del Museo Reina Sofia existe el espíritu de un sacerdote que murió torturado durante la Guerra Civil en una zona del hospital que habría sido utilizada en esta época como cárcel y centro de tortura.

Cuatro vigilantes del museo querían saber que había detrás de tantas historias de fantasmas y guiados así por la curiosidad caminaron al sótano del museo, cogieron una tabla de Ouija y llamaron al alma en pena.

Pues, quien les contestó fue “Ataulfo” que al parecer era un paciente que estuvo del hospital que murió en el lugar a comienzos del siglo XX y a continuación les vaticinó más muertes en el Museo.

Fuente: https://www.elviajerofisgon.com/magazine/las-leyendas-mas-terrorificas-del-reina-sofia/

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