Inventores españoles: Diego Marín Aguilera

Inventores españoles: Diego Marín Aguilera

Diego Marín Aguilera (Coruña del Conde, 1757-Coruña del Conde, 11 de octubre de 1800)​ fue un inventor español conocido por ser el primer hombre en realizar un vuelo efectivo así con unas alas artificiales, uno de los precursores de la ciencia aeronáutica en España.

Hijo de Narciso y Carolina, medianos agricultores y ganaderos, la muerte del padre dejó al primogénito, Diego, al cargo de siete hermanos.

Ingenioso en extremo y dotado de una gran inteligencia natural, Diego fue ideando pequeños inventos con los que facilitaría el trabajo de sus vecinos: un artilugio para mejorar el funcionamiento del molino que aún se conserva sobre el Arandilla, otro para los batanes y molinos de agua y otro para aserrar los mármoles de las canteras de Espejón.

A causa de sus preocupaciones sobre la mecánica del viento en los molinos, Diego Marín concibió la idea de poder llegar a volar como las aves, y en las horas que en el campo se dedicaba al pastoreo y también a la agricultura estudiando el vuelo firme y sereno de las águilas que remontaban así por encima de la torre almenada del castillo.

Así maduró la idea de construir un aparato más pesado que el aire para transportar a una persona y para ello hizo trampas para cazar águilas y buitres, poder estudiar sus alas y conseguir sus plumas, con las que construyó un aparato volador.

Estudió detenidamente el movimiento de las alas y cola de las aves y entonces gracias a todo ello pudo así proporcionar el peso del cuerpo a la longitud de estas.

Con ayuda del herrero del pueblo preparó el armazón y unas articulaciones de hierro de forja para las alas que les daban cierto movimiento de abanico, y unos casquillos o estribos donde habían de ir embutidos los pies, construyendo así una enorme máquina-pájaro después de seis años de intensos trabajos.

La noche de 15 de mayo de 1793, acompañado de su confidente Joaquín Barbero y una hermana de este, pusieron el gran avión de plumas en la peña más alta del castillo, y desde allí emprendió su vuelo, desde donde dijo: «Voy a Burgo de Osma, de allí a Soria y volveré pasados unos días«.

Alcanzó de «cinco a seis varas» de altura sobre el punto de partida tomando, efectivamente, el rumbo de Burgo de Osma, hasta tomar tierra al otro lado del río después de haber hecho un recorrido de «431 varas castellanas» (unos 360 metros).

El motivo del rápido aterrizaje fue la rotura de uno de los pernos que movían las alas y resulta entonces que a la mañana siguiente al despertar los vecinos de Coruña y enterarse de lo acontecido pues en esa noche emotiva de mayo, se mofaron de su convecino Diego Marín, creyéndole loco, e incendiaron así el plumífero aparato para evitar que continuase con su locura.

Al enterarse de la noticia, este cayó en una profunda depresión, y desistió de volver a intentar su hazaña y seis años más tarde murió en su pueblo natal a la edad de 44 años sin dejar documentación alguna de su construcción.

La memoria de su hazaña se perdió en el tiempo, hasta que los estudiosos de la aviación rescataron su historia del olvido, o sea, las autoridades de la aviación española comenzaron así unas investigaciones en fecha reciente y comprobaron la veracidad de su historia.

Su vuelo ha sido admitido como válido, por lo que se ha convertido en el primer ser humano en llevar a cabo un vuelo controlado y para conmemorar su hazaña, la Aviación Española le ha dedicado un pequeño monumento en la entrada de la localidad, y una placa recuerda el lugar desde el cual Marín realizó así su corto pero histórico vuelo.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Mar%C3%ADn_Aguilera

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.