El barco San Miguel

El barco San Miguel

La mañana del 23 de diciembre de 1967 un viento tímido proveniente de altamar provocó ondulaciones tenues en la bahía de La Paz.

El día anterior, por la tarde, del puerto de Mazatlán, zarpó el barco mercante San Miguel cuyo capitán, el paceño Juan García, comandaba la embarcación en un viaje casi rutinario.

Ya una vez un barco que capitaneaba desde Topolobampo se había incendiado cerca de Mazatlán durante el día y durante el incendio, utilizó un cuadro enmarcado de la virgen de Guadalupe para enviar señales a tierra firme y gracias a ello, se salvaron todos los tripulantes de su barco.

En otra ocasión la Marina quiso abordar su barco en altamar sin permiso o razón de peso para él, o sea, una barcaza de la Marina se acercó al San Miguel para abordarlo y el capitán entonces se situó entonces en la cubierta amenazando con abrir fuego al que pusiera un pie en su barco y finalmente resulta que La Marina decidieron dejarlos en paz.

La tarde llegó con nubes y el viento arreció desde las siete, pues el San Miguel se aproximaba a la costa de la península y acompañaban al capitán, entre otros, Martín Cadena, amigo y leal compañero y Ángel Petit, o sea, la tripulación era conformada por catorce en total.

Las olas de la boca del golfo de California crecieron enormemente esa noche y madrugada; entre las olas se formaban surcos de grandes paredes de agua iluminada por rayos y sonidos ensordecedores de los truenos.

Los canales que se formaban entre ola y ola hacían mecer al San Miguel, a su tripulación y a su carga, novecientos tambos de gas avión para La Paz pues entonces El San Miguel reportó la avería de uno de sus dos motores a la Capitanía de Puerto de La Paz en la madrugada.

El capitán trataba de controlar El San Miguel, o sea, con un solo motor, intentaban así llegar al canal que forman la isla Cerralvo y la bahía de La Ventana. De ahí, a la bahía de La Paz y atracar pues en el muelle fiscal que sería un viaje más sencillo.

El capitán se reportó nuevamente a capitanía mencionando que las olas subían y bajaban el barco con movimientos violentos y que la fuerza del único motor no hacía mella a la furia del mar embravecido.

El último reporte del San Miguel registró su posición a sesenta millas náuticas de la isla Cerralvo; ciento cuatro kilómetros lo separaban de la seguridad de la isla y la hermosa bahía.

¿Qué fue del San Miguel? pues nadie lo sabe, o sea, días después de su desaparición, resulta entonces el hecho de que el hermano del capitán, dueño de la flotilla que incluía a los barcos San Jorge, San Raúl y de San Miguel, contrató un helicóptero para buscar indicios.

Desde el aire no encontraron nada pues varios de sus barcos peinaron además, la zona última del reporte a Capitanía de Puerto sin rastro alguno.

Años más tarde, en La Ventana, alguien encontró un chaleco salvavidas y se creyó que pudiese haber sido del San Miguel pero no fue así.

Lo raro de la desaparición del San Miguel es que nunca se ha encontrado nada, ni flotando, ni tampoco en las costas, que revele a ciencia cierta lo sucedido.

Pasaron los años y su esposa, Isabel Geraldo, sus familiares y amigos, viven con la incógnita del paradero de su marido y los otros trece tripulantes que se desvanecieron en la tormenta del frío y ventoso el 23 de diciembre de 1967.

Fuente: http://www.sudcalifornios.com/item/el-barco?category_id=906

Related Post

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.