Dorothy Eady: La egiptóloga que creía ser la reencarnación de una amante del faraón Seti I

Dorothy Eady: La egiptóloga que creía ser la reencarnación de una amante del faraón Seti I

La británica Dorothy Eady nació el 16 de enero de 1904 en el suburbio londinense de Blackhearth, en el seno de una familia de origen irlandés.

Tres años más tarde, sufrió una gravísima caída a la que sobrevivió ante la estupefacción de los médicos que la atendieron y este accidente, por cierto, habría abierto la puerta de su memoria a los recuerdos de una supuesta vida pasada.

Unos pocos años más tarde, siendo todavía una niña, sus padres la llevaron al Museo Británico, donde vio la fotografía del templo del faraón Seti I (c. 1290 a. C. – 1279 a. C.), monarca de la Dinastía XIX del Imperio Nuevo y padre de Ramsés II.

La niña, al ver la foto, aseguró que ésa había sido su casa hace miles de años atrás, reconociendo pues los monumentos y otros objetos de las salas de la colección egipcia del museo.

Desde entonces, Dorothy comenzaría a estudiar por su cuenta la historia del antiguo Egipto, animada por el afamado egiptólogo y orientalista británico Ernst Wallis Budge.

Cuando cumplió 15 años, Dorothy Eady comenzó a recordar otros detalles de su supuesta vida anterior en Egipto, relatando además que una noche había sido visitada así nada menos que por el fantasma del faraón Seti I, algo que se repetiría en distintas ocasiones.

Entonces, preocupados por su estado mental, sus padres la ingresaron en un centro psiquiátrico, donde nadie pudo dar un diagnóstico concreto sobre lo que le pasaba.

En 1931 Dorothy Eady se casó con el egipcio Eman Abdel Meguid. radicándose en el país de la pirámides, donde se ganó la vida como profesora de inglés.

Cuando sus pies pisaron tierra egipcia por primera vez, besó el suelo, sintiendo como si su antiguo hogar le diera la bienvenida y de su matrimonio tuvo un hijo al que llamó Seti.

Por esta época, Dorothy comenzó a experimentar sueños y visiones relacionadas pues con un personaje llamado Hor-Ra, quien le reveló que su antiguo nombre egipcio había sido “Bentreshyt” (que significa “arpa de alegría”) y en estas visiones, la mujer británica también vio supuestamente a su antigua familia.

Dorothy Eady relataría, entonces, que en su vida pasada había sido la hija de una verdulera y uno de los soldados del faraón Seti I y cuando tenía 3 años, su madre murió, por lo que fue entregada al cuidado del templo de Abydos, donde creció y se convirtió en sacerdotisa.

A los 12 años se convirtió en una virgen consagrada, pero unos pocos años más tarde conocería al faraón Seti I, de quien se enamoró perdidamente, convirtiéndose entonces en su amante.

Bentreshyt se quedó embarazada, pero el Sumo Sacerdote del templo le advirtió pues que su embarazo constituía una ofensa contra la diosa Isis y le causaría numerosos problemas al faraón, por lo que ella al final decidió suicidarse.

Luego de casi dos décadas viviendo en El Cairo, y ya con 52 años de edad, Dorothy Eady se mudó pues a Abydos, cerca del monte Pega y del antiguo templo del faraón Seti I, un lugar que resulta según antiguas creencias era una vía al Más Allá.

Curiosamente, antes de entrar al templo, un lugar en el que jamás había estado, Dorothy Eady describió el lugar con todo lujo de detalles, describiendo incluso todas sus pinturas murales.

Más tarde, sus recuerdos ayudarían a descubrir el jardín de este templo (que todavía no había sido descubierto), el mismo lugar donde, según ella, había conocido al faraón Seti I.

Por entonces, esta mujer con formación autodidacta ya había escrito pues sus propios artículos sobre el Antiguo Egipto, lo que la llevó a codearse con la flor y nata de la arqueología.

Muchos egiptólogos e investigadores (como el reputado egiptólogo británico Kenneth Kitchen) resulta que comenzaron a pedir su colaboración en sus investigaciones, pues Dorothy Eady conocía las oraciones y ritos tradicionales del antiguo Egipto y muchos papiros religiosos incluso antes de leerlos.

Sus descripciones de los monumentos, relieves y otros elementos que ya conocía de su vida anterior, así serían confirmadas una y otra vez por las excavaciones.

Dorothy Eady también ayudaría a localizar la tumba de Nefertiti, indicando que se encontraba en el Valle de los Reyes, cerca de la tumba de Tutankamón. Esto se demostraría más tarde tras el descubrimiento de la tumba por la expedición a cargo de Otto Schaden.

Dorothy Eady, la mujer británica que supuestamente en una vida pasada había sido una sacerdotisa del Antiguo Egipto, falleció a los 81 años, siendo enterrada en el cementerio copto de Abydos y resulta que antes de morir, aseguró que estaba contenta, pues la muerte le permitiría reencontrarse así con su amado faraón Seti I.

Fuente: https://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/dorothy-eady-la-egiptologa-que-creia-ser-la-reencarnacion-de-una-amante-del-faraon-seti-i/

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