Ermita de San Baudelio de Berlanga o la Capilla Sixtina mozárabe

Ermita de San Baudelio de Berlanga o la Capilla Sixtina mozárabe

La ermita está ubicada en Casillas de Berlanga en el suroeste de la provincia de Soria en la comarca Tierra de Berlanga y su construcción se enmarca así pues en la época de la consolidación definitiva de los reinos cristianos en toda esta zona, hacia el año 1060, cuando tiene así lugar la toma, por Fernando I de Gormaz, Vadorrey, Aguilera, Berlanga y Bordecorex, que se encuentran camino de Medinaceli, que fue entonces así centro defensivo estratégico de la frontera musulmana desde el siglo X.

Ha sido gracias a los análisis de dendrocronología y C-14 de las agujas de los muros, los estribos de los arcos del coro, dinteles y otros elementos de la construcción los que han determinado esta cronología.

No se conoce nada cierto sobre su origen, si bien hay noticia documentada desde 1136 en que resulta el hecho de que se trasladó la jurisdicción de la ermita y el monasterio a la diócesis de Sigüenza.

Según la tradición, la gruta a la que se entra por la esquina sur del interior de la ermita, debió de servir en su día como habitáculo espiritual de algún eremita.

En torno a esta gruta y al manantial que brota y que hace más habitable el paraje, se organizó así a finales del siglo X un cenobio o monasterio que debió quedar adscrito a la advocación de San Baudelio, o sea, el mártir galorromano del siglo IV, del que parece que circularon algunas reliquias, procedentes de Nimes, por diversos lugares de la geografía hispano visigoda, llegando finalmente a Toledo.

Según parece, los antiguos discípulos de San Baudelio solían habitar en parajes apartados ubicados en las inmediaciones de fuentes de agua para evocar, de ese modo, el lugar donde San Baudelio había sido así enterrado.

Las reliquias bien pudieron, con motivo de la invasión islámica, necesitar así un traslado desde Toledo a Asturias o Navarra, por lo que tal vez alguna de ellas pudo haber quedado depositada temporalmente en este lugar.

La ermita fue declarada Monumento Nacional, según Real Orden de 24 de agosto de 1917, publicada en la Gaceta de Madrid número 289 de 27 de agosto de ese mismo año y firmada por el director general de Bellas Artes Sr. Andrade.

Varias de las más importantes pinturas de la ermita, que era propiedad de varios vecinos de Casillas de Berlanga a principios del siglo XX, fueron vendidas a marchantes que las revendieron a diferentes museos estadounidenses.

Una parte pudo ser recuperada a mediados del siglo XX y hoy se exhibe en el Museo de Padro de Madrid y por otro lado, la pésima conservación de la techumbre de la ermita causó en su tiempo un irreparable deterioro a buena parte de las pinturas del techo que quedaron.

La iglesia fue adquirida por la Fundación Lázaro Galdiano en 1949 y donada al Estado, pues una larga y cuidadosa restauración, que requirió incluso el arrancado de las pinturas para su tratamiento experto en talleres especializados, ha permitido la recuperación del monumento para la posteridad.

Una de las características de la Ermita de San Baudelio de Berlanga es la existencia de un pilar central del que parten ocho arcos que sustentan la bóveda. Por encima del pilar queda un espacio del que se cuenta que en su momento habría podido dar cobijo a algún tipo de reliquias o de libros sagrados.

En la misma nave encontramos lo que viene a ser una suerte de tribuna del coro, en forma de arcos de herradura que se sustentan sobre columnas y se puede acceder a la tribuna alta mediante una escalera y si miramos a mano izquierda, por debajo de esta tribuna, veremos el acceso a esta gruta primitiva.

La decoración tiene un carácter excepcional, no habiéndose utilizado en la misma en absoluto la madera, y basándose por lo tanto íntegramente en la decoración pictórica hecha al temple sobre un enlucido de yeso que reviste completamente el interior, quedando cubiertos todas las paredes de la ermita, tanto las verticales como las abovedadas, las columnas y las nervaduras.

Las pinturas se encuentran entre las muestras más antiguas de pintura románica en el país, y sorprenden por su excelente factura porque combinan la temática religiosa y la profana, con inspiración seguramente en cerámicas y marfiles de la época califal cordobesa.

Las pinturas, para las que se utilizaron muy pocos colores, se consideran pues obra de tres artistas locales desconocidos que han sido denominados: Maestro de Maderuelo o Primer Maestro de Casillas, a quien se atribuyen todos los temas decorativos de arquerías y bóvedas, las grandes escenas bíblicas y las pinturas del ábside; Maestro de San Baudelio, quien debió pintar las escenas cinegénicas de la zona baja, que son las pinturas más originales, y un tercer maestro, de más modesta competencia, a quién se atribuyen pues las pinturas del interior del coro.

En el ábside se encuentran claramente pintados San Nicolás de Bari y San Baudelio a ambos lados de una representación de la paloma del Espíritu Santo, invertida, en la clave de la ventana abocinada y así resulta que en el centro hay una palmera.

Otros personajes y escenas representados son: escenas de cacerías, un guerrero, un halconero, un oso, un elefante portando un castillo con tres torres, un dromedario, perros rampantes, bóvidos afrontados, las tres Marías ante el sepulcro, la curación del ciego y la resurrección de Lázaro, las bodas de Caná, la Santa Cena, las tentaciones de Jesús, la entrada de Jesús en Jerusalén, episodios de la Pasión, Caín y Abel pues en actitud diferente, águilas con alas extendidas, un ibis, una luna semicircular de la que irradia una cruz griega y sobre la que se proyectan dos ángeles, un personaje sentado en actitud escatológica, etc.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ermita_de_San_Baudelio_de_Berlanga

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