El misterio del Faro de las islas Flannan

El misterio del Faro de las islas Flannan

Al oeste de Escocia, a unos 18 kilómetros de la isla de Lewis, hay un grupo de islas conocidas como islas Flannans donde la mayor se llama, Eilean Mor que tiene sólo 39 hectáreas de extensión, llegando a los 288 pies sobre el tormentoso Mar del Norte.

Históricamente las Islas Flannan siempre han sido famosas por las supersticiones, o sea, dicen que todos los que colocaban un pie en la isla tenían que repetir una oración al santo con el fin de dejar el lugar, de lo contrario, una muerte terrible les esperaba. También hay historias siniestras de fantasmas que atrajeron a los hombres a los acantilados y vientos repentinos que los arrojaron las grises y frías aguas.

Este trecho fue traicionero para los navegantes, especialmente cuando las tormentas y las nieblas no les permitían la visibilidad y debido a ello varios barcos terminaron por perder su curso chocando contra las rocas negras o la escarpada costa.

Para ayudar a los marineros, se decidió construir un faro de 22.5 metros en la isla de Eilean Mor en el año 1899, al año sigiente el faro fue terminado, estaba en funcionamiento en la isla y entonces un equipo de tres guardas fue contratado para operar y mantener el equipo.

Era un trabajo simple aunque con largos períodos de aislamiento y soledad, pues resulta que los hombres contratados para el servicio fueron James Ducat, Thomas Marshall y Donald McArthur.

El 15 de diciembre de 1900, apenas unos días después de terminar el primer aniversario del comenzar el funcionamiento del faro, el capitán Holman del barco a vapor «Archtor,» en camino a Leith, Escocia, se dio cuenta de que la luz del faro de la mayor de las islas Flannan estaba apagada.

El mar era fuerte, y furioso con el deshielo, pues como consecuencia de ello Holman envió un mensaje a la sede de Cosmopolitan Line Steamers, la empresa responsable del servicio.

Trataron de ponerse en contacto con ellos pero la fuerte tormenta había cortado la comunicación, y en las noches siguientes, los barcos que pasaban por la zona se dieron cuenta de que la luz se mantuvo apagada.

Varios grupos de rescate intentaron acercarse a la isla pero las fuertes tormentas les impidieron salir de puerto y el día 26, justo después de la Navidad, la tripulación de un mercante que pasaba por la isla, hizo sonar una bocina saludando al faro y luego disparó una bengala.

Ninguno de los intentos de establecer contacto tuvo respuesta, aunque uno de los marineros que resulta observaba la isla con los prismáticos dijo que vio movimiento en la playa rocosa. Al llegar a su destino, el capitán pidió que un equipo fuera enviado a investigar.

El mar todavía estaba furioso, pero permitió el acercamiento de un bote a remo, o sea, que atracado en la costa, el farero Joseph Moore, que formaba parte del equipo, pero estaba fuera de servicio, encontró la puerta de la casa que servía de refugio cerrada por dentro pues llamó con la mano, pero resulta que no obtuvo respuesta por parte de nadie en el interior.

Preocupado, derribó la puerta con cierta dificultad, pues había una barricada improvisada impidiendo el acceso y una ves dentro, en la cocina, Moore descubrió pues que la chimenea había quemado troncos sin parar.

En la sala, percibió que el reloj de la pared se había detenido justo a las dos, en las habitaciones no había rastro de sus compañeros y las chimeneas estaban apagadas hacia tiempo y los vigilantes James Ducat, Thomas Marshall y Donald McArthur habían desaparecido.

Moore llamó a sus compañeros una vez más, pero no se atrevió a caminar hasta el faro y ver si estaban allí, pues debido a ello, decidió volver al barco y regresar más tarde con compañía. Un equipo de rescate compuesto por cuatro hombres y un capitán se organizó rápidamente y fue a investigar.

El equipo escribió el siguiente informe sobre lo que encontró:

“… Las lámparas están limpias y el equipo en perfectas condiciones de funcionamiento. Había también combustible para impulsar el faro y parecía estar listo para su uso. En la sala de operaciones, se encontró una silla caída cerca de la mesa. Había una baraja sobre el suelo y una botella rota.

En las habitaciones abrimos los armarios donde hemos encontrado la ropa que pertenece a los guardias. Faltan dos impermeables y un par de botas de agua.

El techo de la casa parece haber sido duramente golpeado por las tormentas y presenta goteras en varios puntos. Los muebles han sido movidos de su posición original, de acuerdo con Moore que estaba aquí en la víspera del 13 de diciembre. La pistola de bengalas no ha sido encontrada, ni los silbatos de señal.

El embarcadero está seriamente dañado por la tempestad. El barco está destrozado, las boyas esparcidas por todo el lugar y el equipo está hecho añicos. No hay ninguna señal de los empleados del faro. A pesar del desastre, no hay ningún indicio de lucha.

Según Moore, el último en ver con vida a sus compañeros, justo antes de salir del faro para iniciar así sus vacaciones, todo estaba tranquilo. Dijo que sus compañeros estaban actuando de manera normal y el ambiente era bueno, o sea, ninguno de ellos parecía molesto o triste.

Se especuló que James Ducat en su última visita a la costa, o sea, poco menos de un mes antes de la desaparición, se había quejado de su trabajo ya que murmuró que no le gusta estar en Eilean Mor y afirmó que el lugar “no era bueno para sus nervios”.

Para muchos, había tenido una especie de premonición de lo que iba a suceder, o sea, Ducat había pues enviado una petición a Robert Muirhead, el supervisor de los faros, para ser transferido a otra función. Sin embargo, Muirhead insistió que el empleado siguiera trabajando en el sitio, al menos hasta el próximo año hasta que se encontrara un sustituto.

Para sobrevivir tuvieron que lidiar con un clima durísimo, tormentas de viento y frío penetrante pues pese a que tenían provisiones, debían pescar y cuidar lo que habían sembrado. También necesitaban llevar a cabo todos los días el mismo trabajo aburrido y repetitivo. Además, el espacio común que habitaban era pequeño y agobiante.

Después de la desaparición, un nuevo equipo fue enviado a cuidar el faro, mientras se llevaba a cabo la investigación donde los indicios apuntaban a que una última persona se había quedado en la casa y se había refugiado en la cocina después de cerrar las puertas y colocar las barricadas. ¿Porqué habría estado escondido en este lugar y que quería mantener fuera de la casa?

En el cuaderno de anotaciones de Ducat, la última información es del 15 de diciembre, o sea, no hay nada extraño: la lectura de la velocidad del viento y la temperatura se llevaron a cabo según lo dispuesto por el manual.

Comentó que la luz fue apagada a las 9 horas del día 15, porque había luz suficiente para la navegación y de hecho, en la tarde del 14 de diciembre hubo una fuerte tormenta con olas muy altas, pero el día 15, la fecha de la última anotación en el diario, no se menciona ningún problema.

Además, está la cuestión de que los vigías tenían cierta experiencia, o sea, que no cometerían el error de abandonar el faro durante una tormenta con fuertes olas a punto de barrer la isla.

Según algunas especulaciones, uno de los tres guardias se volvió loco y mató a los otros dos mientras dormían y luego habría arrastrado los cuerpos hasta el mar atándolos a las piedras para hundirse.

Por último, descontrolado y arrepentido de su acto, el asesino habría saltado a las aguas turbulentas, donde también murió y hay quien asegura incluso que hubo algún tipo de lucha en el que la puerta fue cerrada y trabada, pero aún así, la violencia estalló de tal manera que todos terminaron muertos. Nada de esto, sin embargo, ha sido probado.

Y hay rumores más extraños que mencionan a los ovnis, serpientes de mar y hasta un legendario pájaro gigante del folklore escocés que habría atacado el faro y secuestrado a sus ocupantes para alimentar a sus crías.

Sea como fuere, pasaron más de 70 años sin incidentes hasta que en 1971, el faro de las islas Flannan fue modernizado y automatizado, eliminando la necesidad de guardias permanentes en la isla.

Hoy en día, el faro solitario de Eilean Mor, la mayor de las islas Flannan, sigue proyectando su luz sobre el océano, posiblemente buscando señales de sus guardias desaparecidos cuyo paradero nunca fue descubierto.

Fuente: https://lapaseata.net/2019/06/30/faro-islas-flannan/

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