La puerta del diablo de la Catedral de Notre Dame

La puerta del diablo de la Catedral de Notre Dame

Construida entre los años 1163 y 1345, esta catedral, famosa por sus dos torres de la fachada principal, su nave y aguja central, sus arbotantes, ventanales y sus misteriosas gárgolas de piedra, fue donde Napoleón Bonaparte se coronó a sí mismo como emperador en 1804 y donde Juana de Arca además fue beatificada en 1909.

Esta centenaria catedral, que supuestamente atesoró en los siglos pasados tres veneradas reliquias de Cristo ( la Corona de Espinas, un fragmento de la Cruz y un clavo utilizado durante la Pasión), esconde varias leyendas.

La principal de ellas asegura que una de sus puertas, la puerta del lado sur conocida como la Puerta de Santa Ana, habría sido construida con ayuda del mismísimo príncipe de las tinieblas, pues es conocida por algunos como la Puerta del diablo.

La leyenda relata que alrededor del año 1300 la terminación de las puertas laterales de la catedral de Notre Dame le fue encomendada a un talentoso y prometedor artista especialista en herrería y orfebrería de apellido Biscornet, quien se volcó en cuerpo y alma a terminar el trabajo encomendado.

Sin embargo, pese a que le dedicó la mayor parte de las horas del día y la noche al proyecto, resulta que no conseguía terminar su obra tal como él la quería, por lo que al ver que el tiempo pasaba y no podía acabarla, buscó ayuda, aunque infructuosamente.

Después de una jornada interminable de trabajo, Biscornet una noche cayó rendido de cansancio dentro de la catedral, pero cuando despertó alguien llamó al otro lado de la puerta donde trabajaba a lo que así dijo: “Al fin fui escuchado”.

Sin embargo, para su sorpresa quien estaba del otro lado era el mismísimo demonio, que le habría pues ofrecido ayuda para terminar su trabajo a cambio de su alma.

Biscornet, obsesionado con terminar su obra, accedió al maléfico trato, pues tras ello en tan sólo un día el trabajo fue terminado y la Puerta de Santa Ana quedó con una orfebrería tan detallada y hermosa que fue aclamada y elogiada unánimemente, dándole a Biscornet la condición de “Maestro”.

No obstante, el demonio no tardó en reclamar su parte del ‘acuerdo’ y lo atormentó hasta que al poco tiempo el joven orfebre apareció misteriosamente muerto dentro de la catedral y hasta el día de hoy se asegura que su alma aun vaga dentro de sus sagradas dependencias.

Curiosamente, tras la muerte del artista y a horas de la gran inauguración, en 1345, nadie sabía cómo abrir las puertas que llevaban la impronta de Biscornet, aunque el entuerto se resolvió de una manera casi accidental.

Cuando comenzó la ceremonia de apertura, un sacerdote, comisionado para bendecir la catedral, oró y arrojó agua bendita a sus puertas para finalizar la bendición. Ahí, para sorpresa de todos, las puertas se abrieron por sí solas.

Otra versión de la misma leyenda, afirma que Biscornet, el artista que terminó la Puerta de Santa Ana de la catedral de Notre Dame, era en realidad el mismísimo diablo, algo que se comprobaría analizando las dos partes de su apellido, pues Biscornet es un juego de palabras en el idioma francés: “Bis” significa dos y “cornet” deriva de cuernos, es decir, Biscornet aludiría al hombre de dos cuernos.

Fuente: https://www.guioteca.com/fenomenos-paranormales/catedral-de-notre-dame-y-su-gran-misterio-leyendas-hablan-de-una-puerta-construida-por-el-diablo/

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