El misterio del Triángulo de Bennington

El misterio del Triángulo de Bennington

La zona del Triángulo de Bennington está situada en el suroeste del estado de Vermont, o sea, resulta que lo conforman, la montaña de Glastenbury y también una parte de las ciudades de Bennington, Woodford, Shaftsbury y Somerset.

El escritor y folclorista de Vermont Joseph A. Citro, fue el que acuñó el término cuando investigó una serie de desapariciones misteriosas, que tuvieron lugar entre 1945 y 1950, o sea, parece que fueron engullidos por la tierra y lo único que tienen en común, es que se esfumaron mientras se encontraban en los parajes de Vermont sin dejar rastro.

La desaparición de Middie Rivers

Middie Rivers de 74 años, desapareció el 12 de noviembre de 1945, era experto cazador y pescador, pues conocía la zona muy bien la zona, o sea, ese día, salió al bosque con otras cuatro personas para ir de caza.

En un momento dado, quiso ir por delante del grupo y es entonces cuando desaparece sin dejar rastro y es entonces cuando sus acompañantes se percataron de su ausencia y dieron la voz de alarma.

Como consecuencia de ello, se comenzó a buscar a Middie sin descanso y durante la busqueda lo único que encontraron fue un cartucho de su rifle flotando en el río.

Los investigadores, llegaron a la conclusión que el hombre se agachó por alguna razón desconocida, o sea, por eso el cartucho acabó en el agua y la policía no pudo decir mucho más sobre el caso de Rivers, o sea, que todo sucedió entre el área del sendero Long Trail y la Ruta 9 de Vermont.

La desaparición de Paula Welden

Paula Welden era una muchacha de dieciocho años, estudiante en la universidad de Bennington College que trabajaba en los comedores del campus y el 1 de diciembre de 1946, tras repartir los almuerzos y acabar su turno, Paula decidió ir a realizar senderismo por la ruta Long Trail.

Durante la caminata, Paula fue vista por varias personas, o sea, se encontró con unos excursionistas, a los que decidió hacer una serie de preguntas sobre el sendero.

Después, continuó caminado hacia el norte y en algunas fuentes, se indica que los últimos que la vieron fue un matrimonio de ancianos, los cuales, caminaban detrás de ella.

Parece ser, que cuando la muchacha se metió en una esquina del camino desapareció como por arte de magia, ya que el matrimonio aseguraba que cuando ellos llegaron al mismo punto no encontraron rastro alguno de ella.

La compañera de habitación de la joven no dio la voz de alarma hasta el día siguiente, o sea, entonces no se extrañó de no verla por la noche, ya que era época de exámenes y dio por hecho que estaría entonces estudiando en la biblioteca.

Inmediatamente, la policía del condado comenzó su búsqueda y cuando los excursionistas reconocieron la foto de Paula en el periódico, rápidamente se peinó el sendero por donde fue vista y su padre resulta que ofreció 5.000 dólares a todo aquel que diera información fiable sobre el paradero de su hija, pero no sirvió de nada.

A pesar de no escatimar en medios para encontrar a Paula, la investigación fue un sinsentido, o sea, pues el padre de la chica no paró de presionar para que pidiesen ayuda más especializada, acabaron yendo los cuerpos policiales de otros estados e incluso el FBI.

Aquel caso fue un antes y un después, ya que es entonces cuando el estado de Vermont decidió crear un cuerpo de policía mas formado y especializado.

Al contrario que en el resto de desapariciones, aquí sí hubo un sospechoso, o sea, al parecer, las últimas personas que realmente vieron a Paula fue una pareja joven de novios, pues ambos discutían y tras ello el hombre dio versiones diferentes sobre qué hizo aquel día tras ver a Paula.

En una de las declaraciones dijo que, tras terminar de discutir con la novia, se fue directamente a su casa donde pasó la noche solo. En otras, aseguró que estuvo conduciendo un buen rato por el sendero donde paseaba la chica, o sea, mintió demasiadas veces.

En una ocasión, incluso contó a quien quisiera oírle que sabía el lugar en el que estaba enterrada Paula y cuando la policía le preguntó, dijo que simplemente lo había dicho en tono de broma, o sea, que nunca se pudo probar nada.

La desaparición de James Tedford

James también desapareció el 1 de diciembre de 1949 mientras viajaba así en el autobús de regreso a Bennington tras visitar a unos familiares cuando sucedieron los hechos.

James, nunca llegó a su destino, o sea, que nadie recuerda haberle visto bajar en ningún momento del autobús puesto que sus pertenencias se quedaron allí, pero de él no quedó ni rastro.

Esta es la típica leyenda urbana que se añade a un tema en concreto para dotarlo de mayor misterio, o sea, es posible que el hombre se bajara en alguna parada y después perdiera el autobús.

La desaparición de Paul Jephson

Paul era un niño de tan solo ocho años que desapareció el 12 de octubre de 1950 y en este caso también hay algunos datos confusos, o sea, unas fuentes dicen que el niño vivía en una granja de la zona junto a su madre, y otras dicen que solo fueron allí a trabajar.

Parece ser, que cuando la mujer estaba dando de comer a los animales perdió de vista al niño durante una hora, o sea, Paul Jephson se hallaba jugando cerca para entretenerse mientras la madre trabajaba.

Cuando la señora terminó, comenzó a buscar al niño sin éxito, o sea, entonces desesperada, denunció la desaparición y rápidamente la policía se puso manos a la obra.

Utilizaron perros para rastrear el olor del pequeño , o sea, los canes, les llevaron hasta una carretera y ahí se pararon, todo apunta a que el niño fue introducido en un vehículo para raptarlo pues entonces nunca se descubrió nada más.

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