La puerta de la traición de la alcazaba de Badajoz
La Puerta de la Coraxa, Coracha o también conocida como de la Traición es pues una de las puertas de la alcazaba árabe de Badajoz, sita en la cara noroeste de la fortaleza.
De estilo califal posee un arco de herradura y la fechan entre los años 1.031 y 1.094, en la época del Reino Aftasí de Badajoz, aunque recientemente se va imponiendo la tesis de que posiblemente tenga origen almohade.
Se la conoce como la Puerta de la Coraxa o Coracha por la existencia de un cercano muro que permitía a sus moradores poder coger agua del arroyo Rivillas y llevarla a una torre albarrana cercana sin el peligro de salir de la fortificación.
Es también conocida como la Puerta de la Traición por las crónicas tanto árabes como cristianas que nos hablan de un suceso acaecido en ella.
La historia tiene lugar en el siglo XII cuando en la parte oeste de península ibérica luchaban musulmanes, portugueses, castellanos y leoneses.
El 23 de junio de 1.158 los hermanos Fernando II de León y Sancho III de Castilla firmaron pues el tratado de Sahagún acordando luchar contra los musulmanes, repartirse los territorios conquistados, que en caso de que uno de los dos hermanos falleciese el superviviente heredaría el reino del hermano difunto, y la repartición del Reino de Portugal.
En aquella época Badajoz aún era musulmana, aunque esta plaza se encontraba muy debilitada por lo que mantenía un pacto de vasallaje, a cambio de tributo, con el rey Fernando II de León.
En 1.168 el rey de Portugal Alfonso Enríquez decide asediar la ciudad, formó su ejército bajo las órdenes del Capitán Geraldo Sempavor conocido como el “Cid Portugués”, quien partió entonces hacia Badajoz conquistando previamente plazas como Évora, Alconchel o Beja.
La toma de la actual capital pacense se debió producir al año siguiente, en 1.169 y así tras su conquista Geraldo Sempavor se retiró a Lisboa dejando en la alcazaba un alcaide nombrado por el mismo, pero no tardaron los moros de Badajoz en revelarse contra el alcaide y los cristianos volvieron así a reconquistar la fortaleza.
Este hecho hizo que un año más tarde el mismísimo rey Alfonso Enríquez se presentara con un numeroso ejército para su toma definitiva, pues cuando se encontraban en el fragor de la batalla combatiendo pues en intramuros uno por uno todos los baluartes interiores apareció por sorpresa Fernando II de León.
Esto desconcertó tanto al monarca portugués que emprendió la huida junto a todo su ejército, su caballo cabalgaba veloz en dirección noroeste hacia uno de los accesos de la fortaleza, cuando tropezó entonces con un cerrojo que había en una de las puertas.
Esto lo hizo descabalgar y rodar por el suelo con una pierna fracturada, pues cayó prisionero del monarca castellano, aunque fue liberado más tarde a cambio de la restitución de las plazas tomadas y a partir de entonces cuentan que su salud se vio debilitada y murió al poco tiempo.
Ciertos estudios recientes parecen demostrar que este hecho acaeció en una puerta que existía entonces en extramuros, y no de la alcazaba. En este caso se está investigando por donde salió a toda prisa el rey portugués de Badajoz y que le costó la vida.
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