La joven que fue secuestrada y estuvo 83 horas enterrada en una caja bajo tierra

La joven que fue secuestrada y estuvo 83 horas enterrada en una caja bajo tierra

Mientras realizaba los últimos exámenes, antes de la Navidad de 1968, la joven Barbara Mackle resulta que tenía gripe y entonces su madre se acercó hasta el campus universitario para cuidar a su hija, o sea, las dos mujeres alquilaron una habitación en un hotel en las afueras de Atlanta.

La madrugada del 17 de diciembre de 1968, mientras Barbara y su madre estaban en la habitación resulta que dos hombres llamaron a la puerta que se identificaron como agentes de policía, o sea, resulta así que en realidad, eran Gary Stephen Krist acompañado por Ruth Eisemann-Schier, vestida de hombre.

Les comentaron, que se había producido un accidente de tráfico con un Ford blanco, o sea, era el tipo de vehículo que conducía el novio de Mackle, Stewart Hunt Woodward, o sea, todo fue un engaño ya que en cuanto la madre de Barbara quitó la cadena de seguridad de la puerta, los dos falsos oficiales entraron en la habitación secuestrando a Barbara Mackle y luego la metieron en un Volvo.

Como consecuencia de ello, ambos consiguieron escapar del lugar y la joven no pudo recibir ningún tipo de ayuda puesto que su madre fue amordazada y atada a la cama.

Krist y su cómplice durmieron a la joven universitaria con cloroformo y la metieron así en un enorme baúl que tenían en el Volvo llevándola hasta una zona rural cercana de Atlanta donde fue enterrada viva bajo tierra.

Entonces, al ver que se resistía, o sea, mientras les gritaba: “¡Seré buena!”, entonces la volvieron a dormir con cloroformo y luego, Krist cerró la tapa con 14 tornillos y la enterró bajo tierra.

El ataúd de Barbara estaba forrado con tela de fibra de vidrio y contenía una luz, algo de comida, una manta, un suéter, un ventilador y agua potable, que había sido mezclada con sedantes donde sobresalían dos mangueras para la entrada de aire.

La colocaron dentro de la caja y los secuestradores le tomaron una foto sosteniendo un cartel con la palabra “secuestrada”, o sea, era la prueba de vida que necesitaban para negociar el pago del rescate.

Más tarde, ya liberada, Mackle contó: “Sólo tenía que sonreír. Yo estaba pensando; Si papá lo viera, no quería que pensara que me habían lastimado”. Luego cerraron la caja y la cubrieron con tierra. Desde adentro, la joven escuchó el golpe de las piedras contra el techo de madera. Desde ese momento, sólo hubo silencio para la chica. El reloj empezaba a correr en su contra. ¿Cuánto tiempo podría sobrevivir enterrada bajo tierra?

Mientras tanto, en el hotel, la madre de la chica intentaba gritar con la boca cubierta de cinta y entonces cuando la mujer de la limpieza golpeó la puerta para entrar a cambiar las sábanas de la habitación, pudo contar todo lo que había pasado.

La mujer llamó a la policía local y le contó todo lo que había vivido esa noche de terror, pues así luego se comunicó con su marido, quien le pidió que llamara directamente al FBI ya que conocía al Edgar Hoover y fue quien dirigiría personalmente la investigación.

La primera comunicación con los secuestradores estaba ya en la casa de la familia en Miami, o sea, Krist había enterrado un papel con instrucciones debajo de un árbol en el parque de la casa.

Gracias a ello, con una breve llamada avisó de la ubicación y los pasos a seguir eran detallados y exigían 500.000 dólares, en billetes de 20 dólares para evitar el seguimiento del FBI.

En la comunicación telefónica le exigieron a Robert que pusiera un anuncio en el periódico local para así confirmar que estaba de acuerdo en pagar el rescate en la forma indicada y el primer intento de entrega de rescate falló, pero entonces un vecino cercano notó una actividad sospechosa temprano en la mañana y llamó a la policía.

Los oficiales se encontraron cara a cara con los secuestradores y pese a que consiguieron escapar, resulta que dejaron atrás el dinero del rescate y al registrar la zona, la policía localizó el Volvo que habían usado para realizar el secuestro.

En el vehículo hallaron la foto de Mackle, además había documentación que mostraba pues el registro del automóvil a nombre de George Deacon, quien las autoridades pronto determinaron que en realidad era un alias de Krist, así como identificaciones y fotografías de Krist y Eisemann-Schier, su cómplice.

A la familia le preocupaba que los secuestradores se asustaran, por lo que decidieron publicar un anuncio en el periódico local advirtiendo que no tenían nada que ver con la confusión.

En este segundo intento, Krist inició el contacto a través de los religiosos de Georgia y pronto volvieron a llamar a la familia, donde se organizó otra entrega de rescate y este salió según el plan, o sea, entonces los secuestradores habían prometido revelar la ubicación de Mackle una vez que les llegara el dinero.

Ya con el dinero, Krist alquiló un coche y luego, al día siguiente, el 20 de diciembre de 1968, llamó a la sede del FBI con indicaciones aproximadas para llegar a la ubicación de Mackle.

Barbara había sido enterrada viva cerca de un pequeño pueblo a 40 kilómetros al noreste de Atlanta, pues entonces el FBI instaló un centro de comando en la cercana Lawrenceville y los agentes se desplegaron para buscarla.

Decenas de agentes recorrieron los bosques del medio oeste americano, pues ante cada pequeño indicio cavaban con cuidado para evitar derrumbes y hasta que una tarde lluviosa resulta que uno de los oficiales al meter sus botas en el barro dio con la ubicación en la que se encontraba la chica.

“Grité y grité”, escribió Mackle en su libro 83 Hours ‘Til Dawn (83 horas hasta el amanecer . “El sonido de la tierra se alejaba cada vez más. Finalmente, no pude escuchar nada arriba. Después de eso, grité durante mucho tiempo”, prosigue el relato de la chica.

Barbara estaba deshidratada y había perdido 5 kilos, pero se encontraba en excelentes condiciones dada la terrible experiencia pues llevaba en la caja un poco más de tres días y entonces el propio director del FBI llamó para avisar a los padres de su rescate.

Krist se escondía en el sur de Florida, pues su cara aparecía en la TV en cada corte publicitario y cuando compró un barco para escapar e intentó pagar con billetes de 20 dólares, despertó así las sospechas del vendedor del barco.

Entonces, comenzó la busca y captura de Krist y Eisemann-Schier por los pantanos de Florida, o sea, que el operativo incluyó helicópteros que lo divisaron navegando rumbo al sur del país y luego varías lanchas se acercaron a la del secuestrador y lograron detenerlo pues la mayor parte del dinero se encontraba en su barco.

Meses después y con la gran cantidad de pruebas en su contra, Krist fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua. Sin embargo, se le concedió la libertad condicional después de cumplir 10 años y más tarde se le concedió el indulto de su condena para asistir a la escuela de medicina.

Eisemann-Schier tuvo el dudoso honor de ser la primera mujer en la lista de los 10 más buscados del FBI, o sea, fue declarada culpable, sentenciada y deportada a Honduras, su país natal después de obtener la libertad condicional.

Fuente: https://www.infobae.com/historias/2023/11/28/el-relato-de-la-joven-que-fue-secuestrada-y-estuvo-83-horas-enterrada-en-una-caja-bajo-tierra/

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