Leyenda del guardián de Ansosa
En el municipio de Hermigua, se encuentra la montaña de Ansosa y según la leyenda se cuenta que era visitada con frecuencia por espíritus malignos que buscaban apoderarse de esa tierra extraordinariamente fértil y colmada de una belleza sin igual.
La ambición por obtener el secreto que moraba en la montaña causó varias guerras en las que muchos de los habitantes del lugar perecieron en nombre de Ansosa y se dice que, desde el momento de su muerte, sus almas permanecen en la entrada del valle como escudo protector.
Pues además de eso, resulta que junto a ellas, se encontraba el Bucio, o sea, es así un roque con forma de león que era conocido como el guardián de Ansosa.
Por otro lado, cabe mencionar que existe alguna otra versión de esta leyenda popular gomera donde así se incluye un pasaje en el que se describe a tres mujeres que, en primera instancia, parece que están en peligro porque piden auxilio a los guardianes de la montaña.
Pero nada más lejos de la realidad; su intención con ese ardid no era otra que ganarse la confianza de los protectores del valle y que alguno de ellos les desvelara el secreto que se esconde detrás de esa gema de la naturaleza.
Con todo, el propio valle, al sentirse de nuevo amenazado, comenzó así a cubrirse de una fuerte y densa niebla que aumentó la táctica defensiva y solo obstaculizaba la mirada del enemigo, o sea, el secreto que moraba en la montaña de Ansosa seguía oculto e intacto.
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