El excepcional Tesoro de Recópolis

El excepcional Tesoro de Recópolis

Ya en el siglo XIX el historiador y arqueólogo Juan Catalina García constató la existencia de unas ruinas cerca de Zorita de los Canes (Guadalajara) que no serían excavados hasta el año 1944 cuando, entonces en un proyecto liderado por Juan Cabré, emergió la antigua ciudad de origen visigoda de Recópolis.

El palacio, la iglesia y las calles principales que se descubrieron, dan a conocer la rutina diaria y también las relaciones comerciales de «uno de los yacimientos más trascendentes de la Edad Media al ser la única ciudad de nueva planta construida por iniciativa estatal en los inicios de la Alta Edad Media en Europa».

Su relevancia no solo se remite a la complejidad de las estructuras arquitectónicas, que han llegado hasta la actualidad, sino también en los pequeños hallazgos como es el caso del Tesoro de Recópolis. 

El conjunto encontrado en el yacimiento está integrado por 90 monedas de oro fabricadas claramente mediante la técnica de la acuñación y, al igual que la ciudad visigoda, se encuentra en buen estado.

«El oro de la mayoría de las monedas es de buena ley, sólo en ciertos casos rebajado con plata, lo que les confiere un aspecto blanquecino. Llama la atención la presencia de una moneda falsa de época, realizada con cobre chapado en oro», describe el informe del Museo Arqueológico Nacional este tesorillo.

La mayoría de estas monedas son propiamente visigodas, pero también hay monedas hispanas y galas, lo cual «refleja de forma excepcional la evolución del sistema monetario propio de la Hispania visigoda hasta su culminación con Leovigildo». En el anverso, el tesorillo cuenta con perfiles de emperadores romanos y bizantinos o rostros de reyes visigodos que confirman el comercio entre ambos pueblos enemistados.

La ciudad de Recópolis fue fundada en el año 578 por Leovigildo para conmemorar así sus victorias y en honor de su hijo y futuro rey Recaredo.

Al menos, esa es una de las teorías, pero otros historiadores defienden que el núcleo urbano se llamaba Rexopolis (Ciudad del Rey), pues resulta que tal y como señala Lauro Olmo Enciso, «tenía entonces ya un plano urbanístico jerarquizado como el de Constantinopla» y se realizaban pues todo tipo de dinámicas comerciales de productos autóctonos y mediterráneos.

El hecho es que gozó de gran auge y esplendor durante casi un siglo, funcionando así pues como centro administrativo y económico de la región, pues junto a Victoriacum, Recópolis es la única ciudad de nueva planta en la Europa occidental entre los siglos VI al VIII.

Fue en ese mismo sitio, a orillas del río Tajo, donde uno de los monarcas más importantes de la España visigoda ordenó erigir una ciudad, o sea, que fue aquí donde se depositó el tesoro bajo el pavimento del baptisterio de la basílica de Recópolis durante su edificación.

Cuando los visigodos entraron en la Península Ibérica sus primeros años de reinado resaltaron por su inestabilidad política y la ruralización de la sociedad. 

A su llegada a Hispania en torno al año 415, los visigodos no establecieron su propio sistema monetario y ponderal, sino que adoptaron el sistema del bajo Imperio romano de Oriente, o imperio bizantino», o sea, que continuaron utilizando el dinero romano, incluso durante todo el siglo VI.

Poco a poco, y de forma paralela, los visigodos imitaron el sistema monetario romano, acuñando luego sus propias monedas y las llamadas triente o triens y equivalente a un tercio de sólido áureo, será la única acuñada por ellos.

Así, tras ascender en el trono, Leovigildo «establece el verdadero estado hispano-visigodo y se crea una moneda única para todo el reino, el tremís de oro, que se convierte en el elemento central de un sistema tributario, clave de la autoridad estatal».

Leovigildo, según Daniel Gómez Aragonés, «fue el primero que se sentó en el trono y utilizó las vestiduras regias, hizo de Toledo una auténtica capital y fuer el primer rey visigodo que entonces así acuñó monedas con su efigie».

Recópolis perdió progresivamente aquella importancia que ostentaba tras la muerte de su fundador, o sea, ya no era un núcleo urbano fundamental para los visigodos y luego la conquista musulmana de la península únicamente prolongó su vida en un rol más secundario.

A partir del siglo IX cayó en decadencia y la irrupción de nuevas ciudades en la zona, como fue el caso de Guadalajara o Madrid, dejaron en el olvido una urbe que, por otra parte, permaneció así casi intacta con todos los tesoros ocultos bajo tierra.

Tuvieron que pasar más de 1.000 años para recuperar los restos de esta ciudad tan trascendental para así comprender la Edad Media y los conflictos que acaecieron en la Península Ibérica.

Fuente: https://www.elespanol.com/cultura/historia/20200827/excepcional-tesoro-recopolis-desvelan-secretos-reino-visigodo/511949073_0.html

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