Viaje al más allá: Emanuel Swedenborg.

Viaje al más allá: Emanuel Swedenberg.

Nació en Estocolmo en 1688 y era hijo del profesor y obispo luterano Jesper Swedberg (1653–1735), obispo de Skara (Suecia), uno de los más destacados clérigos del país.

Desde su más tierna infancia, muestra una pasión por el estudio de todo lo que tiene relación con el universo y el hombre, observa los mecanismos, las fuerzas y los influjos que regulan la vida y cómo se desenvuelven.

A la edad de 28 años fue propuesto por el rey para que formara parte del Consejo de Minería de Suecia y a partir de ese momento, siempre desempeñó puestos muy importantes en la administración y puso así su saber al servicio de su país.

Además durante cincuenta años fue miembro de la Cámara de los Nobles sueca, diseñó maquinaria que puso a disposición del rey Carlos XII para la explotación de minas de sal, de diques secos, y otras obras públicas, dibujó bocetos de máquinas futuristas: aeroplanos, hornos de combustión lenta y submarinos, por ejemplo.

Realizó importantes estudios de anatomía, fisiología sensorial y química, pues entonces puesto a la visión newtoniana mecanicista del universo proponía que a partir de una energía primera se derivaba así todo lo demás, o sea, era una energía divina y trataba de fundamentar el origen del universo en Dios.

Mucho antes de los 10 años, se relaciona con el mundo adulto para buscar respuestas en temas como la fe, la vida eterna, la sede del alma, pero descontento por las respuestas que obtiene a sus cuestiones, así experimenta sobre sí mismo y por sí mismo.

Al experimentar sobre su respiración, se piensa así que tendría a partir de la infancia acceso a estados de conciencia modificada, pues más tarde fabricará sus propias lentes ópticas para explorar lo infinitamente grande y lo infinitamente pequeño.

Pero un día, aún en la cima de su carrera científica, con el reconocimiento de los científicos europeos de su época y del rey de su país, con una gran tarea por hacer en la administración de Suecia, resulta que un suceso llevó a Emanuel a dejarlo todo y adentrarse en otro tipo de estudios.

En 1744, cuando tenía 56 años, Swedenborg había viajado a los Países Bajos. Para esa época, empezó a tener sueños extraños. Swedenborg llevaba un diario de viaje con él en la mayoría de sus viajes y lo hizo en este viaje. El paradero del diario fue desconocido durante mucho tiempo, pero fue descubierto en la Biblioteca Real de Suecia en la década de 1850 y publicado así en 1859 como Drömboken, o Diario de Sueños.

Swedenborg experimentó muchos sueños y visiones diferentes, algunos muy placenteros, otros muy perturbadores., o sea, estas experiencias continuaron mientras viajaba a Londres para avanzar así en la publicación de Regnum animale y este proceso, continuó durante seis meses. También propuso que lo que Swedenborg estaba escribiendo en su Diario de Sueños era una batalla entre el amor a sí mismo y el amor a Dios.

En la última entrada del diario, del 26 al 27 de octubre de 1744, Swedenborg parece tener claro pues qué camino seguir, o sea, consideró que debía abandonar su proyecto actual y escribir un nuevo libro sobre el culto a Dios.

Como consecuencia de ello, pronto comenzó a trabajar en De cultu et amore Dei, o bien en La adoración y el amor a Dios, pero nunca lo completó y aún así Swedenborg fue publicado en Londres en junio de 1745.​

En 1745, con 57 años, Swedenborg estaba cenando en un salón privado de una taberna de Londres y al final de la comida, según sus palabras, una oscuridad cayó sobre sus ojos, y en ese momento resulta que la habitación cambió de carácter.

De repente, vio así pues a una persona sentada en una esquina de la habitación, diciéndole: «¡No comas demasiado!» y Swedenborg, asustado, se apresuró a volver a casa.

Más tarde, esa misma noche, el mismo hombre apareció en sus sueños, o sea, el hombre le dijo entonces a Swedenborg que era el Señor, y que había designado a Swedenborg para revelar el significado espiritual de la Biblia y que guiaría a Swedenborg en lo que debía escribir, pues esa misma noche, afirma, el mundo espiritual se abrió para Swedenborg.

Swedenborg afirmó en La Doctrina Celestial que las enseñanzas de la Segunda Venida de Jesucristo pues le fueron reveladas.

Swedenborg consideraba su teología como una revelación de la verdadera religión cristiana que entonces se había ofuscado a través de siglos de teología.

Sin embargo, no se refería a sus propios escritos como teología, ya que los consideraba basados entonces en experiencias reales, en contraste con la teología, excepto en el título de su última obra, pues resulta el hecho de que tampoco quiso compararla con la filosofía, disciplina que descartó en 1748 porque, según él, «oscurece la mente, nos ciega y rechaza por completo la fe».

Los fundamentos de la teología de Swedenborg se establecieron así pues en Arcana Cœlestia (Misterios Celestiales), publicado en ocho volúmenes en latín entre 1749 y 1756.

En una parte importante de esa obra, interpreta los pasajes bíblicos del Génesis y del Éxodo y revisa lo que, según él, es el sentido espiritual interno de estas dos obras de la Palabra de Dios.

En particular, estaba convencido de que la Biblia describe la transformación del ser humano de un ser materialista a uno espiritual, lo que él llamaba renacimiento o regeneración.

Comienza esta obra esbozando cómo el mito de la creación no era un relato de la creación de la Tierra, sino un relato del renacimiento o regeneración del ser humano en seis pasos representados por los seis días de la creación.

Todo lo relacionado con la humanidad en la Biblia podía relacionarse también con Jesucristo, y cómo así Cristo se liberó a sí mismo de los límites materialistas mediante la glorificación de su presencia humana haciéndola divina, pues Swedenborg examina esta idea en su exposición del Génesis y del Éxodo.

Swedenborg rechazó la explicación ordinaria de La Santísima Trinidad, o sea, que hay un solo dios de tres personas, que según él no se enseñaba en la iglesia cristiana primitiva. Por ejemplo, afirma así que en los escritos apostólicos no se menciona a ningún «Hijo desde la eternidad».

​En su lugar, explicó en sus escritos teológicos cómo la Trinidad Divina existe en Una sola Persona, en Un solo Dios, el Señor Jesucristo,, lo que, según él, se enseña en Colosenses 2:9, que dice «en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente».

​ Según La Doctrina Celestial, Jesús, el Hijo de Dios, vino al mundo a causa de la propagación del mal aquí.

Swedenborg se pronunció en prácticamente todas sus obras contra lo que consideraba el incomprensible concepto de la Trinidad de Personas y afirmaba que los pueblos de otras religiones se oponían entonces al cristianismo por su doctrina de la Trinidad de Personas, o sea, que consideraba que la separación de la Trinidad en tres Personas separadas se había originado con el Primer Concilio de Nicea y también con el Credo Atanasiano.

El 29 de marzo de 1772, tal y como él llevaba avisando desde hacía un año, murió en su casa de Londres a la edad de 84 años, pero antes de ello, había dejado todos los papeles y propiedades en orden.

A partir de entonces sus seguidores empezaron a reunirse, a leer sus escritos, a venerarle y terminaron así por crear una “secta” alrededor de su figura tanto en Suecia como en Londres y en la colonia cuáquera de Estados Unidos.

Otros estudiosos casi contemporáneos de Swedenborg que perpetuaron sus enseñanzas: los masones. y a partir de los estudios del benedictino Joseph Pernetti y el noble polaco Gabriela, fundadores en 1760 así de los Illuminati de Avignon, se desarrolló tras ello un ritual masónico en torno a la visión del universo de Swedenborg.

El llamado Rito Swedenborgiano o Rito de Swedenborg ha desaparecido y reaparecido a lo largo de los siglos. Sin embargo, no está claro que el científico sueco perteneciera él mismo o estuviera en contacto con ninguna logia masónica.

La vida de este peculiar hombre lleva a plantearse que si la misma mente lúcida que defiende así políticas sensatas y es ejemplo de moderación en el Parlamento es la que esa misma tarde escribe pues sobre sus visiones y contactos con ángeles, entonces él es un loco o los demás somos ciegos.

En definitiva, el alboroto que se produjo y la popularidad que alcanzó Swedenborg llevó a que la iglesia luterana revisar y condenar la teología que sustentaba su obra.

A partir de 1769 y hasta el final de sus día, las obras de Swedenborg estuvieron condenadas y prohibidas por herejía, a pesar de los esfuerzos del autor por defenderse y demostrar que estaba según él dentro de la ortodoxia.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Emanuel_Swedenborg

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