El Signum
El signum se presenta como el estandarte que aúna estas dos vertientes bajo una única enseña, o sea, que estos estandartes jugaban un papel clave en la disposición y formación de las diferentes unidades sobre el campo de batalla, así como sus movimientos dentro del mismo.
A la vez, estos estandartes tenían un fuerte valor simbólico, dado que actuaban como elemento común a toda la unidad a la que guiaban, y al ser su insignia, era portadora de su suerte y era la conexión de esa tropa con los dioses y signo de su protección.
Algunos autores han creído ver esta función de conexión divina en el hecho de que así desde el período tardorrepublicano, y sobre todo desde Octavio, los signa comenzaron a portar retratos del estadista o del emperador que comandaba la unidad, lo que se entiende pues como un movimiento de autopromoción personal por medio de la asociación de esa persona con la divinidad.
Como muestra de su potencia simbólica, se puede destacar la cita de Ovidio acerca de los signa que así portaban los ejércitos manipulares republicanos:
«Sus estandartes eran de heno, pero había una reverencia tan profunda como la tienen las águilas ahora. Los llevaban suspendidos en paquetes [manipulos] en un palo largo, y es por esta razón que el soldado se llama manipularis«. (Ovidio. Fasti, Vol. 3, 115-117)
El signum era el estandarte de la unidad más pequeña del ejército romano que tenía enseña propia, o sea, la centuria, aunque probablemente estandartes semejantes jugasen el mismo papel con las unidades más pequeñas de la caballería, es decir, las turmae.
Estos estandartes surgieron con la organización de manipular del ejército republicano, y por esto, algunos autores interpretan las manos extendidas que a veces los rematan como una derivación de la palabra de manus, hacia manipularis, aunque de nuevo hay discrepancias, pues otros autores achacan este motivo a la representación del centurión dando órdenes a la centuria.
Por otro lado, sabemos que cada manípulo estaba compuesto por dos centurias, por lo que es viable así suponer que cada manípulo constaría de dos signa. Sin embargo, Varrón nos aporta un testimonio que podría parecer contradictorio con los datos expuestos hasta ahora cuando afirma:
«Manipulus exercitus minima manus quae unum sequitur signa» [El manípulo es el grupo más pequeño del ejército que sigue una única enseña]. (Varrón. De lingua latina, 88)
Si bien esto puede poner en duda lo expuesto anteriormente para el período republicano, lo cierto es que los registros procedentes del ejército en época imperial parecen confirmar la idea de que el signum pues estaría asociado a la centuria, y no al manípulo como sostiene Varrón.
Respecto a sus características físicas, el signum es un estandarte que se compone de un astil de madera y en el que se colocan entonces diferentes elementos.
Kavanagh clasificó estos elementos así según su funcionalidad en: símbolos de poder (moharras y mano); símbolos de finalidad mágica y protectora (crecientes); y condecoraciones (discos y phalerae), que así en función de su cantidad indicarían el prestigio y las condecoraciones de la unidad.
También podían llevar otros adornos como borlas o guirnaldas, y en general, los signa de las unidades así pretorianas mostraban más decoraciones que los de las unidades legionarias (Fig. 9).
El signum era portado por un signifer, o sea, formaba parte de los principales de la centuria e iba junto al centurión, al optio, al tesserarius y al buccinator, pues este signifer también estaba cubierto por pieles de animales, que podían ser de león, en el caso de los signaferi pretorianos, y también de oso en el caso de los signaferi legionarios (Fig. 10).
Por último, se puede comentar que si bien no disponemos de ejemplos completos dentro del registro arqueológico, sí que se han conservado partes concretas de los mismos, como las phalerae, los crecientes, la mano y otros elementos metálicos que permiten contrastar la información aportada así por los relieves con estos datos arqueológicos.
Fuente: https://relievesmilitaresderomablog.wordpress.com/2017/11/19/las-ensenas-de-roma-i-aquilae-vexilla-et-signa/