Rafael Guastavino y Nueva York

Rafael Guastavino y Nueva York

En la ciudad de Nueva York, cabe destacar gran cantidad de edificios y algunos de ellos fueron obra del arquitecto valenciano Rafael Gastavino y entre ellos se encuentran:

City Hall Station

La famosa estación de metro de Nueva York fue obra del arquitecto valenciano Rafael Guastavino Moreno quien acabó su carrera en Barcelona, y diseñó proyectos como el de la Fábrica Textil Batlló, entre otros.

Pero cuando cumplió 40 años, emigró a Estados Unidos con uno de sus hijos en busca de fama y fortuna donde abrió su propia fábrica de ladrillos en Massachussetts y construyó después la Biblioteca Pública de Boston en 1889, con la que le llegó el reconocimiento en el país.

Ese mismo año, abrió sus oficinas Guastavino Fireproof Construction Company en Boston en Nueva York, y en esta última ciudad comenzó a dejar una huella imborrable.

La estación de metro City Hall Loop fue diseñada por Guastavino e inaugurada en el año 1904, o sea, se trata de la terminal de la primera línea de metro de la ciudad, localizada junto al ayuntamiento.

Su estilo arquitectónico es único, con azulejos, cristaleras de colores, grandes candelabros y además una característica iluminación que la hace diferente a las demás.

La estación se diseñó con esa atractiva estética a principios de siglo para atraer a los neoyorquinos a usar esta nueva forma de transporte subterráneo, su belleza es tal que algunos la denominan «la Mona Lisa de las estaciones de metro» y City Hall dejó de usarse en 1945, cuando entonces se convirtió en una estación fantasma.

Grand Central Terminal

También se encargó de una de las estaciones de tren más bellas del país, o sea, es pues la Grand Central Terminal donde las obras fueron subvencionadas por los Vanderbilt y todavía es una de las estaciones de trenes más grande del mundo.

En la fachada destaca la escultura La gloria del comercio, que representa a Hércules, Mercurio y Minerva, y ya en su interior el imponente vestíbulo principal.

La impronta de Guastavino es innegable cuando se asciende la vista y se contempla el techo aguamarina con las constelaciones del zodíaco como decoración. Situado en la estación, y diseñado asimismo por él, se localiza el espacio del Grand Central Oyster Bar & Restaurant.

El lugar más emblemático con techos y bóvedas de Gustavino perteneciente a la estación Grand Central cuenta con una acústica increíble, que se ha hecho famosa con el nombre de «la galería de los susurros».

Ellis Island

El Great Hall, también denominado Registry Room, ubicado en el edificio de la isla de Ellis (Ellis Island), a la que llegaban los inmigrantes para entrar en los Estados Unidos, también fue obra de la compañía de Guastavino.

Se le encargó reconstruir la entrada y las bóvedas el edificio ya existente, que fueron añadidas en 1918 ya que el lugar recibía a diario a más de 5000 personas provenientes de todas las partes del mundo, que es probable que desconocieran que debían registrarse en la gran estancia abovedada.

Puente de Queensboro

Entre 1908 y 1909, Guastavino y su hijo se encargaron de construir la gran bóveda que se localiza bajo el puente de Queensboro (Queensboro Bridge).

Se trataba de un espacio en el que tradicionalmente se instalaba un mercado y que entonces durante la Gran Depresión dejó de estar, posteriormente abrieron distintos negocios en él y en la actualidad, vemos que se celebran eventos denominado Guastavino’s.

Arquitectura religiosa en Nueva York

La gótica catedral de San Juan El Divino cuenta con la nave, la cúpula y las bóvedas de Guastavino, un trabajo por el que cobró una pequeña suma, pero que quiso realizar como un reto personal alrededor del año 1908.

Esta es la catedral anglicana de mayor tamaño del mundo y en su interior llama la atención el rosetón de miles de piezas, el más grande del país. Subiendo las escaleras de caracol es posible asomarse al mirador de la catedral de San Juan, a 70 metros de altura.

Tres años después, fue el turno de la iglesia católica de la Santísima Trinidad que así entre 1916 y 1917, la compañía de Guastavino dejó su impronta en la iglesia de San Bartolomé y en 1916 intervino en la que es una de las sinagogas más bonitas del mundo: el templo Emanu-El.

Cuando Guastavino falleció en 1908, en Ashville (Carolina del Norte), con 53 años, había creado entonces con sus diseños y estructuras en 360 edificios de la ciudad de Nueva York, además de centenares de ellos por el resto del país.

En el momento de su fallecimiento, en la esquela del New York Times lo denominaron «el arquitecto de Nueva York». Su hijo, Rafael Guastavino Expósito, continuó con el trabajo y el legado de su padre.

Las aportaciones de los Guastavino a la arquitectura de los EEUU entre 1881 y 1962 son, sin duda, de una forma clara impresionantes, y la falta de reconocimiento absolutamente inmerecida.

Hasta 1972 no es citado en ningún libro de arquitectura y la primera tesis sobre su obra llevada a cabo en una universidad española no se realiza hasta 2004.

Un siglo después su muerte una exposición promovida por la escuela de arquitectura del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha recordado su obra en América, siendo considerado así como uno de los más importantes arquitectos españoles de todos los tiempos.

Fuente: https://www.descubrir.com/el-arquitecto-valenciano-que-conquisto-nueva-york-y-no-es-calatrava/

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