Historia del taxi: origen y evolución

Historia del taxi: origen y evolución

El poeta de la Antigua Roma, Publio Virgilio, habla en una de sus obras (las Églogas del rey de Atenas Erictonio), que había nacido impedido de pies. Por ello, se compadecía de quienes tenían su misma desgracia e inventó el carro de alquiler en el año 30 a. C.

Como consecuencia de ello, lo puso a disposición de quién lo necesitase y pese a que no era un taxi, tal y como lo conocemos hoy, sí era un servicio público urbano y el antecesor del taxi.

En la historia del transporte público moderno lo primero fue el taxi, que existe desde el año 1640, o sea, en esta fecha el francés Nicolas Sauvage, cochero de carruajes, abrió así la primera empresa de taxis en la parisina Calle San Martín.

Pese a no contar con un taxímetro (aparato que calcula la tarifa que debe pagar el pasajero), invento que aparecería muchísimos años más tarde gracias al alemán Wilheim Bruhn, se puede considerar pues que el inventor del taxi es Nicolas Sauvage. Ya que el concepto de que un ciudadano cualquiera pudiera montar en un medio de transporte y pagar por un trayecto es el mismo.

Unos pocos años más tarde, el filósofo Blaise Pascal, inventor de la calculadora, tuvo también la idea del transporte público en las grandes ciudades, o sea, en el año 1661 propuso así un sistema de carruajes o carrozas que circularían en trayectos.

Determinados de antemano con paradas y recorrido fijo de acuerdo con las necesidades de los parisinos; estos vehículos circularían a horas determinadas, su precio sería asequible y gracias a ello, el rey francés Luis XIV, concedió los permisos en 1662 y el servicio quedó establecido entre el centro de la ciudad y sus suburbios.

El primer trayecto unió la Puerta de San Martín y la de Luxemburgo donde cuatro vehículos hacían pues el recorrido en ambos sentidos cada ocho minutos y el trayecto más largo costaba cinco sueldos.

Los trayectos urbanos llamaron la atención, pero duraron poco, o sea, resulta que su éxito fue así efímero porque los carros eran malos y mal adaptados a unas ruedas muy voluminosas y toscas que hacían sufrir al usuario.

Además, eran vehículos lentos, y debido a ello disminuyó la clientela provocando entonces que pasados quince años quebró la empresa de transporte público y se volvió al taxi.

Nicolas Sauvage, que había comenzado pues su empresa de taxis con un parque móvil de veinte carruajes llegó a conocer el éxito mientras el transporte público masivo de Blaise Pascal fracasó, o sea, eran coches de caballos o los denominados taxis de sangre.

El 1703 en Francia, ya se atribuía a cada vehículo un número de matrícula que debía colocar en lugar muy visible, a modo de licencia de circulación y además, la policía parisina regulaba ya la circulación y ponía orden en las calles respecto al tráfico de vehículos.

En muchas ciudades, como Madrid, el coche de plaza, coche de punto o taxi ya existía ya en el siglo XVIII, o sea, se trataba de un carruaje tirado por un caballo que tenía paradas fijas en plazas o calles céntricas y no iban a la búsqueda del cliente sino que el cliente los buscaba para contratarlo.

Como curiosidad, en Madrid se llamó “simón”, o sea, seguramente por el nombre del cochero llamado Simón González, o del constructor de coches francés Simón Garrou, que en 1772 vivía cerca de la Plaza Mayor.

El taxi era un vehículo popular, ya que la gente de dinero y la nobleza tenía sus coches y carrozas, aunque para pasar inadvertidos, ya que los carros de estas familias pudientes tenían el escudo de la casa en la puerta, o el nombre del propietario.

Parece que el primer taxi automóvil es de 1904 y contaba ya con taxímetro. Aquel año Luis Renault lanzó en París sus coches pequeños para taxis, de dos cilindros. Fue entonces cuando surgió también la palabra taxi, abreviado de taxímetro o medidor de tarifa.

Los taxis fueron los primeros coches con calefacción y cristales antideslumbrantes, el suelo era liso y contaba con amortiguadores especiales. Estuvieron tan solicitados por los particulares que el sueño de muchas familias pudientes era comprarse uno.

Pero no podían, eran modelos exclusivos para el servicio público, o sea, era entonces un servicio por otra parte muy esmerado, atendido por mecánicos o chóferes uniformados y con gorra de plato, enguantados, educados y atentos que abrían las puertas a sus clientes al abordar y abandonar el vehículo.

Más tarde la compañía norteamericana Checker Motors, de Michigan, comenzó a fabricar vehículos sobre todo bajo la marca “Mogul” para ser empleados como taxis a partir del 1920. 

Entre ellos llama la atención uno de sus modelos que podía acomodar pues en su interior de ocho a doce pasajeros, o sea, resulta que el vehículo estaba dotado así de cuatro, seis u ocho puertas para facilitar su acceso y desocupación.

A partir de aquí, la evolución y expansión del taxi por las ciudades del mundo no ha cesado y por tanto con vehículos más modernos y cómodos adaptándose a las necesidades de todo tipo de clientes, como por ejemplo los taxis adaptados a minusválidos. 

Del mismo modo, en los últimos tiempos existen cada vez más taxis eléctricos, taxis a gas, taxis híbridos, etcétera. Todo con el ánimo de respetar cada vez más el medio ambiente y evitar la contaminación en las ciudades.

Fuente: https://curiosfera-historia.com/historia-del-taxi/

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