“Fausto” el barco que desapareció tres veces.

“Fausto” el barco que desapareció tres veces.

El 20 de julio de 1968, sobre las cinco de la tarde, el motopesquero Fausto arribó al embarcadero de Las Puntas, en la costa de Frontera, en la isla de El Hierro, para descargar unos plantones de plataneras que iban destinados a su siembra en unas fincas en el valle de El Golfo.

En la madrugada del día 21, sobre las dos y media de la madrugada, la pequeña embarcación se hizo de nuevo a la mar rumbo a su base en el puerto de Tazacorte, en la isla de La Palma, a donde debería haber llegado, en circunstancias normales, seis o siete horas mas tarde.

A bordo viajaban cuatro personas: El patrón, Ramón Concepción Hernández, de 48 años de edad; su hermano  Eliberto, de 41 años; Miguel Acosta Hernández, de 44, primo hermano de éstos, todos ellos vecinos de Tazacorte, así como un mecánico, Julio García Pino, de 27 años, natural y vecino de El Paso,  que se había unido a ellos como pasajero.

En el retraso en la llegada estimada del barco alertó a sus familiares y amigos, así como a su propietario, Rafael Acosta Arroyo, que puso así el hecho en conocimiento de la Ayudantía Militar de Marina de Santa Cruz de La Palma.

A través de la estación radio costera de Canarias, se dio el primer aviso de alerta a todos los barcos que pudieran encontrarse en la zona, para que colaborasen en la búsqueda del motopesquero.

Aunque al principio no cundió la alarma, el SAR comenzó sus labores de búsqueda y rastreo entonces en la zona donde se le suponía perdido, por lo que ordenó el despegue de un avión Heinkel He-111 así para que hiciera un vuelo de reconocimiento.

Se pensó en una posible avería del motor, lo que haría que se encontrara a la deriva, por lo que el viento del Nordeste reinante lo habría apartado de su ruta, llevándolo a mar abierta.

En la tarde del día 23, otro avión de reconocimiento sobrevoló la isla de El Hierro en dirección a La Palma siguiendo la previsible ruta del Fausto, sin que consiguiera localizarlo ni comunicarse por radio con sus tripulantes y al día siguiente se incorporaron otras cuatro aeronaves, ampliando el radio de acción a unas doscientas millas al SW de El Hierro.

En la madrugada del día 25 se recibió la noticia de que el Fausto había sido localizado esa medianoche por el mercante británico Duquesa, a unas 95 millas de La Palma, cuando se encontraba así en la posición 28º 15’ N y 19º 45’ W.

El capitán dijo que los tripulantes se encontraban sin novedad y después de suministrarles víveres,agua y gasoil para 18 horas de navegación, les indicó el rumbo a seguir y, al mismo tiempo, comunicó entonces a la estación radiocostera que el Fausto llegaría en la tarde de ese día a su destino.

La noticia del encuentro se difundió rápidamente por la isla y a primera hora de la tarde, cuando salieron a recibirle los motopesqueros Discordia y Jacinta, existía en el puerto de Tazacorte un ambiente de gran expectación, concentrándose en las inmediaciones del viejo muelle una gran cantidad de personas, deseosas de presenciar la llegada de los cuatro hombres, a los que ya muchos daban por desaparecidos.

Sin embargo, pasaron las horas y el Fausto no aparecía, o sea, los motopesqueros que habían salido a su encuentro regresaron de nuevo a Tazacorte y el último de ellos llegó a las siete de la tarde.

Se esperaba que el barco recalase en la próxima madrugada o al amanecer del día siguiente, por lo que muchos se mantuvieron en vigilia a la espera del gran acontecimiento.

Al no aparecer en las horas previstas, el entusiasmo se ensombreció de nuevo y en la mañana del día 26, el Mando Aéreo de Canarias ordenó que continuara la búsqueda, despegando aviones de reconocimiento Heinkel He-111 y Grumman Albatross del SAR desde la Base Aérea de Gando, que volaron así durante 17 horas.

La Marina de Guerra, asimismo, ordenó la salida del cañonero Magallanes, el hidrográfico Cástor y con los remolcadores de altura RA-2, RA-4 y RA-5, todos los cuales recorrieron pues minuciosamente la supuesta ruta seguida por el pesquero español tras su encuentro con el mercante británico Duquesa.

Transcurridos 17 días desde que saltó la alarma de la desaparición del Fausto y del intenso trabajo por unidades de la Marina de Guerra y del Ejército del Aire, se dio oficialmente por finalizada la búsqueda del infortunado barco y de sus tripulantes.

Cada vez eran mas frecuentes los rumores expuestos por varios periódicos de que las personas que iban en ese barco se habían escapado a Venezuela para tener una vida mejor.

Sin embargo, esa teoría se desbancó rápidamente al recibir un periódico llamado El Día un telegrama así enviado por el hermano de Julio García Pino que decía que Venezuela se había enterado también de la desaparición del Fausto y se unía a su búsqueda.

El día 11 de octubre, varios meses después de la desaparición, la prensa tinerfeña sorprendió entonces a sus lectores con una noticia respecto a la búsqueda del Fausto, o sea, que el día 9 de octubre el carguero italiano Anna di Maio lo había encontrado a la deriva a 1200 millas de La Palma y con un cadáver en su interior en avanzado estado de descomposición que era el del mecánico Julio García Pino, pero ¿Dónde estaban los demás tripulantes? y ¿Como había muerto Julio García?

Las primeras noticias de los italianos decían que no habían encontrado objetos personales y tampoco otras pertenencias que pudieran esclarecer la desaparición de los hombres y muerte del mecánico.

El segundo oficial del mercante italiano, Luciano Aseione, que fue quien descubrió el cadáver, dijo que a pesar de estar éste complemente desnudo y carecía de documentos personales que lo identificase, por unas hojas halladas a bordo se suponía que era Julio García Pino.

Tras ello, el capitán del buque entregó al delegado del consulado de España en Venezuela, las hojas escritas a mano que había dejado el infortunado mecánico.

Una de estas hojas pertenecía a un diario que Julio había escrito, concretamente era la número 28 la última de ese supuesto diario que no apareció y que se entregó a la viuda de éste Luz María Toledo.

En ella Julio se despedía de ella al tiempo que le indicaba lo que tenía que hacer con las deudas y seguros que tenía suscritos y también podía leerse un párrafo en el que Julio le decía a su mujer: “No le digas nunca a julin lo que me pasó”(…)Luz tú sabes que Dios quiso este destino”. ¿Dónde estaban las 27 hojas anteriores del diario? ¿Quién arrancó las páginas?

El capitán del Anna di Magio, Bruno di Magio, decidió remolcar el barco hasta Puerto Cabello, su primera escala en el viaje que hacía desde el Mediterráneo hacia el Pacífico.

Pero el 11 de octubre se recibió un nuevo telegrama enviado por el capitán del Anna di Magio, a través de Radio Roma, en el que decía: “Encontrándose en la posición 19º 15’ N y 46º 26’ W stop perdido batel de pesca Fausto por haberse ido a pique durante remolque stop entregaremos papeles descubiertos a bordo a cónsul español de Venezuela. Capitán”. ¿Se había roto el cable que remolcaba al Fausto o alguien lo había cortado?

La historia del Fausto sigue siendo un suceso lleno de incógnitas, todo un misterio, el trágico episodio de un barco a la deriva en el Atlántico infinito.

Fuente: http://intheisland-bitacora.blogspot.com/2009/11/fausto-el-barco-que-desaparecio-tres.html

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