El Expediente Vallecas

El Expediente Vallecas

El Expediente Vallecas, es el nombre que se le dio al primer y único caso policial en España que documentó fenómenos paranormales.

Estefanía Gutiérrez Lázaro era una joven española de 18 años que vivía con sus hermanos y padres, Máximo Gutiérrez y Concepción Lázaro, en un piso ubicado en el número 8 de la calle Luis Marín, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas.

Estefanía había sido criada bajo los principios de la religión católica, pero en su adolescencia, estaba entrando en lo relacionado con el ocultismo y lo paranormal.

En 1990, Estefanía jugó una sesión con la tabla oujia en el instituto, junto a unas compañeras y resulta así que una de ellas se trataba de comunicar con su novio fallecido en un accidente de moto, pero en medio de la sesión, una profesora las descubrió y rompió el tablero.

El vaso lleno de humo que se encontraba encima de la tabla, se quebró y Estefanía inhalo aquel humo, o sea, las jóvenes no pudieron terminar el juego, ya que no lograron despedirse de la entidad con la cual se estaban comunicando, y a partir de ahí, Estefanía empezó a tomar así un comportamiento muy extraño y raras actitudes, sufría insomnio, tenía alucinaciones y muchas veces ataques epilépticos.

La joven describió extrañas formas humanas que acudían a verla de noche, sin rostro y cubiertas por un manto, pidiéndole que las acompañara. Sus padres la llevaron a diferentes hospitales, tratando entonces de encontrar el motivo de su malestar, pero los médicos nunca pudieron encontrar nada.

El 13 de julio de 1991, la situación alcanzó su punto de culminación, cuando Estefanía resulta que atacó violentamente a su hermana Marianela y al día siguiente, Estefanía sufrió entonces un severo episodio de catalepsia y entró en coma.

Como consecuencia de ello, fue llevada al Hospital Gregorio Marañón, donde falleció en horas de la madrugada y la autopsia no pudo determinar las causas de su muerte, calificándola pues como «muerte súbita y sospechosa».

A partir de la muerte de Estefanía, los fenómenos paranormales en la casa de los Gutiérrez se acentuaron notablemente, o sea, así la madre escuchaba inquietantes fenómenos: la voz de Estefanía que, profiriendo aullidos, la llamaba desde diversas habitaciones de la casa; un anciano traspasando paredes y riendo; vidrios rompiéndose espontáneamente; objetos que se movían por su cuenta; puertas que se abrían y cerraban solas; alguien o algo que le tocaba las manos y los pies mientras dormía, etc.

Además, una noche, las hijas pequeñas se despertaron aterrorizadas, con las muñecas pues golpeadas violentamente contra la pared.

El 27 de noviembre de 1992, la familia Gutiérrez decidió llamar a la policía, o sea, el inspector José Negri y su equipo llegan al lugar en horas de la noche, encontrando a toda la familia fuera de la vivienda, bajo la lluvia, aterrorizados.

Mientras que un par de agentes se quedaron afuera con ellos y escucharon toda la historia de sus bocas, el inspector Negri y otros dos agentes entraron al departamento.

El informe transcrito por el inspector después de esa patrulla se ha convertido así en objeto de culto entre los entusiastas del ocultismo, o sea, ese reportaje describe la puerta de un armario que se abre de forma violenta, a pesar de estar cerrado con llave, rozando los rostros de los agentes.

Se habla de ruidos atronadores provenientes del balcón, donde sin embargo no había nada, y además de una extraña baba marrón que se había formado en una mesita de noche.

El informe también describe un crucifijo, que estaba colgado en la pared cuando llegaron los oficiales y que luego se encontró en el suelo: el crucifijo fue arrancado de la madera en la que estaba montado, y los arañazos de tres garras se veían claramente en el pared donde estaba colgado, como si lo hubieran pues arrancado de la pared.

Los agentes también inspeccionaron el baño, según la familia el lugar más embrujado de la casa, y resulta que sintieron un descenso repentino de la temperatura nunca antes sentido en su vida.

Dadas las pruebas y testigos disponibles, el caso alcanza así , por su contexto, una dimensión más allá del propio morbo televisivo que ha ido generando a lo largo de los años con estudiosos como Iker Jiménez.

Lo cierto es que todavía no tiene una explicación lógica o científica, por lo que no es de extrañar que sea uno de los episodios más relevantes de la parapsicología en España.

El 1 de noviembre de 1993, dos años después de la muerte de Estefanía, su foto colgada en la sala resulta que se incendia, y la parte que arde es sólo la que representa su rostro, mientras que ni el marco, ni los objetos cercanos presentan daños.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/El_Expediente_Vallecas

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