Petar Blagojevich, el vampiro de Kilisova

Petar Blagojevich, el vampiro de Kilisova

Petar Blagojević vivía en un pueblo llamado Kisilova, en la parte de Serbia que pasó temporalmente de manos otomanas a manos austriacas después del Tratado de Passarowitz (1718) y fue cedida nuevamente a los otomanos con el Tratado de Belgrado (1739). 

Blagojević murió en 1725, y su muerte fue seguida por una serie de otras muertes repentinas, o sea, en ocho días, nueve personas murieron y en sus lechos de muerte, las víctimas supuestamente afirmaron así haber sido estranguladas por Blagojević durante la noche. 

Además, la esposa de Blagojević afirmó que él la había visitado y le había pedido sus zapatos y luego se mudó a otra aldea por razones de seguridad. 

En otras leyendas, se dice que Blagojević regresó a su casa exigiendo comida a su hijo y, cuando el hijo se negó, Blagojević lo asesinó brutalmente, probablemente mordiendo y bebiendo su sangre. 

Como consecuencia de ello, los aldeanos decidieron desenterrar el cuerpo y examinarlo entonces pues en busca de signos de vampirismo, como crecimiento de cabello, barba y uñas, y también la ausencia de los signos de descomposición.

Los habitantes de Kisilova exigieron que un intendente imperial junto con el sacerdote local, estuviera así presente en el procedimiento como representante de la administración.

Frombald intentó el convencerlos de que primero debía buscarse el permiso de las autoridades austriacas en Belgrado, pero los lugareños se negaron porque temían que para cuando llegara el permiso, entonces toda la comunidad podría ser exterminada por el vampiro, que afirmaban que ya había ocurrido antes.

En definitiva, exigieron que el propio Frombald permitiera el procedimiento de inmediato o sino resulta el que de lo contrario, abandonarían la aldea para salvar sus vidas, o sea, al final Frombald se vio obligado a consentir.

Junto con el sacerdote local, llamado Veliko Gradište, se exhumó el cadáver, o sea, el cuerpo resulta que no estaba descompuesto, el cabello y la barba crecían, había piel y uñas nuevas y se podía ver sangre en la boca.

Después de eso, las personas, que se indignaron más que se angustiaron, procedieron a empalar pues el cuerpo a través del corazón, lo que provocó que una gran cantidad de sangre completamente fresca así fluyera a través de las orejas y la boca del cadáver.

Finalmente, el cuerpo fue quemado. Frombald concluyó su informe sobre el caso con la solicitud de que, en caso de que se descubriera que estas acciones eran incorrectas, no se le debía culpar por ellas, ya que los aldeanos estaban fuera de si por el miedo que sintieron y al parecer, las autoridades no consideraron necesario tomar ninguna medida con respecto al incidente.

El informe sobre este evento fue así uno de los primeros testimonios documentados sobre las creencias vampíricas en Europa del Este siendo publicado por el diario vienés Wienerisches Diarium.

Este caso se tradujo ampliamente junto con el de Arnold Paole, con quien compartía diversas similitudes, contribuyendo a la moda del vampiro en el siglo XVIII en Alemania, Francia y el Reino Unido, pues se sabe que los extraños fenómenos o apariencias que presenciaron los funcionarios austriacos acompañan pues el proceso natural de descomposición del cuerpo.​

En De masticatione mortuorum in tumulis (1725), Michaël Ranft intentó explicar las creencias populares en los vampiros y escribe que, en el caso de la muerte de cada aldeano, alguna otra persona o personas, así muy probablemente una persona relacionada con el primer muerto, que viera o tocara el cadáver, moriría por alguna enfermedad relacionada con la exposición. al cadáver o de un delirio frenético provocado por el pánico de ver simplemente el cadáver. 

Estos moribundos dirían que el muerto se les había aparecido y los había torturado de muchas formas y las otras personas de la aldea exhumarían el cadáver para ver qué había estado haciendo y da la siguiente explicación cuando habla del caso de Petar Blagojevich: 

Este valiente pereció de muerte repentina o violenta. Esta muerte, sea la que sea, puede provocar en los supervivientes las visiones que tuvieron tras su muerte. La muerte súbita suscita inquietudes en el círculo familiar. La inquietud tiene como compañera el dolor. El dolor trae melancolía. La melancolía engendra noches inquietas y sueños atormentadores. Estos sueños debilitan el cuerpo y el espíritu hasta que así la enfermedad supera y, finalmente, la muerte.

Fuente: https://en-m-wikipedia-org.translate.goog/wiki/Petar_Blagojevi%C4%87?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc

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