La niña de la Catedral de Guadalajara: Santa Inocencia

La niña de la Catedral de Guadalajara: Santa Inocencia

Cuenta la leyenda popular que hace muchos años una niña llamada Inocencia, escuchaba atenta a sus compañeras de la escuela hablar sobre su primera comunión y para ella esto era un sueño pues quería recibir el cuerpo de Cristo.

Un día llegó muy alegre a casa y le dijo a su padre que quería hacer su primera comunión; éste comenzó a golpearla de una manera inhumana prohibiéndole que se acercara a las personas que la querían pues convencer de «tal tontería» y entonces corrió a su cuarto y se puso a llorar sobre la cama tratando así de explicarse el porqué de la negativa de su padre. ­

Como le hacía falta el cálido abrazo de su fallecida madre! El canto de los gallos la despertó, se lavó la cara y se fue a la escuela, pues al regresar escuchó las oraciones y cantos infantiles que salían entonces de la ventana abierta de una casa, por lo que se acercó y comenzó a escuchar que estaban así estudiando el catecismo.

Entonces, se sentó en una piedra y apuntó y repitió dichos textos, o sea, que de ahí en adelante, siempre escondida, comenzó a estudiar y a aprender lo que ahí decían.

Un día la monja que impartía el catecismo le extrañó escuchar rezos y cánticos fuera del lugar, o sea, que grande fue su sorpresa al encontrar a la niña hincada sobre el musgo haciendo oración y entonces luego la invitó a que tomara las clases dentro de la casa.

Finalmente, los infantes quedaron preparados para recibir la eucaristía e Inocencia que estaba así indecisa sobre informar a su padre o no que recibiría el sacramento; le contó a la monja su desventura, y entonces la religiosa le contestó: «Es mejor tener al bien aliado, que al mal».

Llegado el gran día, varios niños vestidos de blanco y con vela en mano esperaban pues en la entrada de la Catedral, entre ellos Inocencia luciendo un vestido de encajes que la monja le había conseguido y tras ello por fin, Inocencia experimentó esa sensación de recibir el cuerpo de Cristo.

Llena de alegría se dirigió a su casa para darle la noticia a su padre, pero al no encontrarlo en la sala, fue a la cocina y lo vio preparándose algo. Inocencia le dio la buena nueva y él, agachando la cabeza, se giró y le clavo en el pecho un cuchillo.

El señor huyó sin saberse su paradero, mientras los vecinos alertados por el grito que escucharon resulta que encontraron el cuerpo de Inocencia sin vida y tras ello, la trasladaron a Catedral donde hasta hoy su cuerpo descansa en paz donde dicen que constantemente tienen que cortarle el pelo y las uñas, ya que aseguran que éstos le siguen creciendo, siendo pues testigo mudo del amor profundo de una niña por la eucaristía.

Fuente: https://leyendasurbanasgdl.wordpress.com/2014/07/12/santa-inocencia-la-nina-de-la-catedral-de-guadalajara/

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