Leyenda de Teodosio de Goñi

Leyenda de Teodosio de Goñi

Teodosio de Goñi fue un caballero que vivió en el valle de Goñi (Navarra), o sea, al principio de la Edad Media entre finales de siglo VII y principios del VIII, que estaba casado con Constanza de Butrón.

Poco después de casarse, Teodosio tuvo que abandonar su casa para luchar contra los árabes, o sea, que Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir en la habitación señorial, pasando ella a otra más pequeña.

Cuando Teodosio volvía victorioso a su castillo, se le apareció el diablo disfrazado de Basajaun, que así le hizo creer que su mujer le engañaba con un criado.

Teodosio, fuera de sí, se lanza a galope hacia su casa, pues al amanecer tras llegar a su palacio se dirige decidido y enfurecido a su habitación matrimonial con la daga desenvainada, o sea, que apuñala pues de forma retirada a las dos personas que estaban durmiendo en su lecho, convencido de que eran su esposa y el amante de ésta.

Creyendo haber vengado el agravio, sale de casa y, sobrecogido, se encuentra con su esposa que salía así entonces de misa y entonces, poco después se entera de que quienes dormían en su cama y a quienes así había asesinado eran sus padres.

Atemorizado por el crimen, va a Pamplona a pedir perdón al Obispo, quien, horrorizado, le envía a Roma para que sea el propio Papa quien le absuelva de su pecado.

Teodosio, arrepentido, va de peregrino a Roma y el Papa le dicta como penitencia a vagar por las tierras de Aralar con unas pesadas cadenas atadas a la cintura, hasta que el desgaste acabara por desprender a Teodosio de las cadenas, o sea, esto sería el signo inequívoco del perdón divino.

Cuenta la leyenda de la existencia de un dragón (Herensuge) que vivía en una de las numerosas cuevas de la sierra de Aralar.

​Éste, solía atacar a los pastores y aldeanos de las cercanías y los habitantes de Larraún, decidieron ofrecer una persona al año al dragón, para que éste no atacara a los demás. Teodosio, vagando por Aralar, resulta que se encontró al desafortunado, y ofreció su desgraciada vida para salvar la de aquella persona.

Aquella noche, en medio de una inmensa tormenta, Teodosio escuchó pues unos espantosos estruendos dentro de la cueva, y allí apareció Herensuge amenazando con devorarlo. Teodosio, indefenso, cayó así de rodillas e imploró la protección de San Miguel, exclamando ¡San Miguel me valga!.

En aquel momento, entre gran estrépito, apareció el Arcángel, quien mostrando la cruz sobre su cabeza venció y mató al dragón al grito de ¡Quién como Dios! ¡Nor Jaungoikoa bezala!

En aquel mismo momento, Teodosio quedó libre de las cadenas, perdonado por Dios, que le dio entonces luego una reliquia.

Ya libre volvió a su casa de Goñi donde le esperaba su esposa y ambos, agradecidos a Dios, resulta pues que erigieron un santuario al Arcángel en lo alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis.

La tradición popular sostiene que la efigie de madera del Arcángel, hoy recubierta de plata sobredorada, que se venera actualmente en el santuario, fue dejada por San Miguel en su aparición y las cadenas que permanecen colgadas en el exterior de la capilla son las que llevó Teodosio en su penitencia y que dicho santuario se levanta sobre la sima que sirvió de morada al dragón.

La realidad telúrica del lugar es que el templo se levanta sobre un vórtice de 24500 UB que se localiza en la capilla interior, exactamente en el lugar donde se venera la esfinge del Arcángel. Existe así otro vórtice más, en este caso de 13500 UB que se localiza en el ábside central, tras el altar mayor.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Teodosio_de_Go%C3%B1i

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